Hoy queremos contaros qué pueden significar gestos, muy usuales, que realizamos con nuestras gafas.
¿Sabías que al quitarte las gafas en una conversación estás pidiendo tiempo y silencio? ¿Y que quién te mira por encima de las gafas te está juzgando? Cada gesto que hacemos al jugar con las lentes dice algo de nuestra autoestima o sociabilidad. Según Iván Herrero, Director Ejecutivo de Human&Leading Group, que un candidato en una entrevista de trabajo juegue con las gafas “es un mecanismo para aliviar la ansiedad. Pero en el caso de que no se haga con naturalidad y sea acentuado habría que detectar a qué obedece ese grado de ansiedad”. Si sólo se hace al principio de una entrevista no hay que darle mucha importancia; si se hace durante toda la entrevista podemos pensar que el entrevistado es una persona nerviosa.
Algo muy típico es llevarse la patilla de las gafas a la boca, es un gesto de afirmación de la propia seguridad ante el estrés o el nerviosismo, un acto de autoafirmación para tranquilizarnos y ganar en seguridad. También se emplea cuando se necesita ganar tiempo o retrasar una decisión. Quitarse las gafas y limpiarlas es otra forma socialmente aceptable de ganar unos minutos. Lo mejor que puedes hacer si tu interlocutor lo hace es quedarte en silencio, pues te está pidiendo de forma no verbal un rato para poder decidirse. Además, los gestos que siguen a estos movimientos son igualmente importantes para saber qué quiere tu interlocutor o, si tú lleva gafas, dominar la conversación. El hecho de volver a ponerse las gafas tras quitárselas y limpiarlas significa que quiere “ver” de nuevo las cosas. Te da permiso para avanzar en el contenido. Guardarlas significa que la conversación ha terminado.
Mirar por encima de las gafas suele interpretarse como un juicio crítico. Normalmente, alguien que reciba esta mirada se sentirá ofendido y se cruzará de brazos y piernas, llenándose de paso de sentimientos negativos. La realidad es que, a veces, los que miran por encima de las gafas simplemente usan gafas de corta distancia y no les apetece quitárselas para ver a media y larga distancia.
En definitiva, quítate las gafas cuando hables y póntelas cuando escuches: relaja a tu interlocutor y le enseña a guardar silencio cuando te las quitas.
Claves para escoger las lentes
• Ancho: Los extremos de la montura deben estar alineados con los lados de la cara. Unos anteojos demasiado pequeños nos harán parecer más gordos, y una montura excesivamente grande demuestra intención de esconder la personalidad.
• Oscuridad: En el caso de las gafas de sol, “mostrar un poco” los ojos evitando los cristales totalmente opacos le da más interés y sensualidad a nuestro aspecto.
• Diseño: La regla general es que las lentes redondeadas son apacibles y pacíficas, mientras que
los que tienen ángulos son más agresivos.
Hasta la próxima.
Fuente: Periódico Expansión.