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LA VIDA CON AUDÍFONOS. BENDITA AYUDA.

Aproximadamente el 30% de las personas mayores de 65 años tienen una pérdida auditiva.

Por Javier Astola. Especialista en Audioprótesis de Audióptica

Todo comienza cuando nos damos cuenta de que ya no oímos bien; nuestros amigos nos repiten dos veces las cosas para poder entenderlas, nos cuesta oír el sonido del timbre de la puerta, no entendemos bien a algunos locutores de televisión o en misa ya no oímos igual al párroco como antes.
Oír es clave ya que en casi todo lo que hacemos durante el día, está implicada la comunicación y por lo tanto, la audición.

¿Necesita que le repitan constantemente las cosas? ¿Ha pensado alguna vez “le escucho pero no lo entiendo del todo”? ¿Le han dicho alguna vez que oye sólo lo que quiere oír? ¿Alguna vez ha sentido que la gente hablaba demasiado bajo o entre dientes? Si la respuesta es sí, es posible que tenga un problema de audición.

Aproximadamente el 30% de las personas mayores de 65 años tiene una pérdida auditiva

El primer y gran paso es reconocer que tenemos un problema de audición. Psicológicamente es duro que nos reconozcan como ¨sordo¨. La persona afectada puede sentir vergüenza, ira, miedo… se puede sentir aislada o incluso aislarse de manera voluntaria debido a su pérdida auditiva.

Hoy en día, sabemos que usar audífono no es ningún trauma, como tampoco lo es tener que usar gafas, dentadura postiza, prótesis, etc.

Si somos capaces de reconocerlo, tendremos que dar el siguiente paso que es decírselo a las personas que tengamos más cercanas (aunque ellas seguro que ya se han dado cuenta). En la mayoría de los casos son estas personas las que nos hacen dar el salto y enfrentarnos a nuestra realidad.

Pasada esta etapa nos toca ir a un profesional de la audición para ponerle remedio. Él estudiará y valorará nuestros oídos y nos ofrecerá la mejor solución posible a través de una prueba fácil, rápida e indolora, la AUDIOMETRÍA. A través de unos auriculares se emitirán sonidos de diferentes frecuencias e intensidad donde responderemos si los oímos o no los oímos . Al finalizar esta prueba el especialista nos mostrará el audiograma y nos explicará los resultados de la evaluación auditiva y el estado de nuestros oídos.

Hoy en día podemos elegir entre una gran variedad de audífonos, analógicos, digitales, para colocar detrás del oído, intracanales, de adaptación profunda (invisibles), etc.

Una vez elegido nuestro audífono tenemos que ser pacientes a la hora de rehabilitar nuestros oídos, ya que estamos acostumbrados a oír todo en un volumen más bajo de lo normal (debido a la pérdida auditiva).

Poco a poco el cerebro se irá acostumbrando y además descartará los sonidos menos interesantes para nosotros y dejará paso a los que realmente nos interesan para la comunicación y el entendimiento.

Muy importante es acudir a las revisiones periódicas que nos va a poner el especialista con el fin de ajustar y pulir la calidad de la audición, con esto no sólo mejorará nuestro confort sino que completará la adaptación a la vida normal.

Hasta pronto.

 

 

Imagen de © Royalty-Free/Corbis


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