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Apóyanos para que no suban el IVA de los productos sanitarios
En esta época de crisis que vivimos los gobiernos, lo único que hacen, es apretar cada día un poco más a los ciudadanos y pymes.
Hoy os escribimos y pedimos vuestra colaboración en esta campaña, que a la larga, nos va a afectar a todos.
Ya en la anterior regulación del IVA los productos Sanitarios de Óptica sufrieron el incremento de índice que sufrieron el resto de sectores de la economía española. Como regla generalizada, la mayoría de empresas de nuestro sector (y de otros) asumimos esa subida manteniendo los precios.
Ya desde hace unos meses se viene oyendo que Europa está presionando al Gobierno Español para que suban todos los productos Sanitarios de Óptica al 21%. Tanto las gafas, como las lentes de contacto, como los audífonos, igualándolos con las gafas de sol que ya tienen ese IVA. Esa subida sería el fin para muchas pymes del sector como ha pasado en otros tipos de negocios.. Esa diferencia de porcentaje no se podría asumir y tendría que ser repercutida en los clientes. Al aumentar los precios el consumo se reduciría haciendo peligrar, aún más, la viabilidad del sector.
Con esta medida lo que al final se conseguiría sería: reducir los márgenes de las empresas de óptica, reducir el consumo de los productos (al ser más caros se podría comprar menos) haciendo que el aumento de lo que el gobierno espera recaudar con esa subida del IVA no fuera así.
Se supone que el IVA del 10% es para productos que no sean de lujo. Creemos que tanto las gafas, como las lentes de contacto y los audífonos son productos de primera necesidad. Y por lo tanto no son un lujo.
Os pedimos que apoyéis esta campaña con vuestra firma para que el Gobierno vea la necesidad de dejar las cosas como están ahora. Para ello visitad la siguiente dirección:
Muchas gracias por vuestro apoyo.
Hasta pronto.
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LA VIDA CON AUDÍFONOS. BENDITA AYUDA.
Aproximadamente el 30% de las personas mayores de 65 años tienen una pérdida auditiva.
Por Javier Astola. Especialista en Audioprótesis de Audióptica
Todo comienza cuando nos damos cuenta de que ya no oímos bien; nuestros amigos nos repiten dos veces las cosas para poder entenderlas, nos cuesta oír el sonido del timbre de la puerta, no entendemos bien a algunos locutores de televisión o en misa ya no oímos igual al párroco como antes.
Oír es clave ya que en casi todo lo que hacemos durante el día, está implicada la comunicación y por lo tanto, la audición.
¿Necesita que le repitan constantemente las cosas? ¿Ha pensado alguna vez “le escucho pero no lo entiendo del todo”? ¿Le han dicho alguna vez que oye sólo lo que quiere oír? ¿Alguna vez ha sentido que la gente hablaba demasiado bajo o entre dientes? Si la respuesta es sí, es posible que tenga un problema de audición.
Aproximadamente el 30% de las personas mayores de 65 años tiene una pérdida auditiva
El primer y gran paso es reconocer que tenemos un problema de audición. Psicológicamente es duro que nos reconozcan como ¨sordo¨. La persona afectada puede sentir vergüenza, ira, miedo… se puede sentir aislada o incluso aislarse de manera voluntaria debido a su pérdida auditiva.
Hoy en día, sabemos que usar audífono no es ningún trauma, como tampoco lo es tener que usar gafas, dentadura postiza, prótesis, etc.
Si somos capaces de reconocerlo, tendremos que dar el siguiente paso que es decírselo a las personas que tengamos más cercanas (aunque ellas seguro que ya se han dado cuenta). En la mayoría de los casos son estas personas las que nos hacen dar el salto y enfrentarnos a nuestra realidad.
Pasada esta etapa nos toca ir a un profesional de la audición para ponerle remedio. Él estudiará y valorará nuestros oídos y nos ofrecerá la mejor solución posible a través de una prueba fácil, rápida e indolora, la AUDIOMETRÍA. A través de unos auriculares se emitirán sonidos de diferentes frecuencias e intensidad donde responderemos si los oímos o no los oímos . Al finalizar esta prueba el especialista nos mostrará el audiograma y nos explicará los resultados de la evaluación auditiva y el estado de nuestros oídos.
Hoy en día podemos elegir entre una gran variedad de audífonos, analógicos, digitales, para colocar detrás del oído, intracanales, de adaptación profunda (invisibles), etc.
Una vez elegido nuestro audífono tenemos que ser pacientes a la hora de rehabilitar nuestros oídos, ya que estamos acostumbrados a oír todo en un volumen más bajo de lo normal (debido a la pérdida auditiva).
Poco a poco el cerebro se irá acostumbrando y además descartará los sonidos menos interesantes para nosotros y dejará paso a los que realmente nos interesan para la comunicación y el entendimiento.
Muy importante es acudir a las revisiones periódicas que nos va a poner el especialista con el fin de ajustar y pulir la calidad de la audición, con esto no sólo mejorará nuestro confort sino que completará la adaptación a la vida normal.
Hasta pronto.
Imagen de © Royalty-Free/Corbis
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Audioptica se preocupa por tus oídos
Hoy en Audioptica queremos preocuparnos de vuestra Salud Auditiva y para ello os vamos a aportar una serie de datos que creemos son importantes tener en cuenta.
¿Sabíais que un 46% de los jóvenes españoles no cuida sus oídos? Este es el resultado de un estudio realizado entre 1.100 españoles. El estudio demuestra que son las personas mayores y las mujeres las que muestran mayor preocupación por los problemas auditivos. Hoy en día los jóvenes abusan de la tecnología auditiva. No es raro ir en transporte público y oír la música que escucha el que está a nuestro lado, o sorprendernos con los tonos bajos del coche que se para en un semáforo con la ventanilla bajada.
Se estima que el 25% de los jóvenes padecerá pérdida de audición antes de alcanzar la cuarentena (según un estudio de la Universidad de Tel Aviv). Esto nos confirma que la pérdida auditiva no es una enfermedad arraigada a la tercera edad, sino una dolencia que afecta cada vez a más edades y personas, en la mayoría de los casos por la falta de cuidado del oído.
Y es que a pesar de conocer qué factores pueden producir y agravar la pérdida auditiva y sus consecuencias, aun son muchos los ciudadanos que siguen sin prestar la atención y cuidados necesarios al oído y sin someterse a revisiones auditivas con regularidad. En este sentido, según los datos del estudio, el 32% de los españoles no se ha sometido nunca a tales pruebas.
Tenemos que tener presente que hay ciertos síndromes hereditarios que pueden afectar tanto al oído como a otras partes de nuestro cuerpo. Son los de Stickler, Pendred, Ehlers-Danlos o Usher. Por lo tanto hay que cuidar y revisar nuestros oídos para evitar la pérdida auditiva y detectar posibles trastornos de los mismos.
Por suerte, cada día la ciencia avanza en la prevención y curación de enfermedades. Ya hay pruebas con células madre que pueden curar algunas enfermedades auditivas. Pero lo mejor, como siempre os decimos es el control y la prevención.
Otro estudio interesante sobre la audición demuestra que la pérdida auditiva triplica la posibilidad de tener caídas. Investigadores de la Universidad de Johns Hopkins analizaron a más de 2,000 personas entre los 40 y los 69 años de edad. Se evaluó el oído de los participantes, y respondieron a preguntas sobre si se habían caído en el año anterior.
El estudio halló que las personas con una pérdida auditiva de 25 decibelios (calificada de leve) tenían casi tres veces más probabilidades de tener antecedentes de caídas que las que no sufrían de pérdida auditiva. Las personas con pérdida auditiva no tienen una buena concienciación de su ambiente general, lo que las hace más propensas a tropezar y caerse.
No es ninguna sorpresa saber que estamos expuestos a muchas cantidades de sonidos en todos los niveles. Los sonidos que pasan de los 85 decibelios son generalmente considerados nocivos. Estos sonidos equivalen al sonido del tráfico de automóviles o por ejemplo, la música a un volumen alto. La exposición a sonidos de 85 decibelios o más intensos puede causar daños irreversibles a la audición.
Imaginaros estar cenando en un restaurante con mucho movimiento. Ruido de platos golpeándose, sillas arrastrándose, personas conversando y riendo. Nos estamos esforzando para seguir lo que está sucediendo en nuestra mesa y este esfuerzo hace que nos sintamos cada vez más cansados. Comenzamos a fingir que estamos oyendo, movemos la cabeza mirando interesados y reímos, aunque la verdad es que no conseguimos entender las bromas. Comenzamos a sentirnos aislados. Al salir del restaurante podemos terminar con dolor de cabeza, frustración, y sin ganas de repetir esa experiencia una vez más. Esto es lo que siente una persona que no ha corregido su pérdida auditiva.
La audición es pieza fundamental para la comunicación e interacción con las personas. Es por eso que, una pérdida auditiva no tratada, causa un enorme impacto en nuestras vidas. A veces una pérdida auditiva puede afectarnos tanto mentalmente, como físicamente al perjudicar las actividades e interacciones con nuestros amigos y familiares.
Es muy importante romper este círculo negativo. Por ello, cuanto antes asumamos y resolvamos esta pérdida mejor estaremos. Grupo Audioptica cuenta con los medios y los productos necesarios para responder a todas vuestras necesidades. No dudéis en venir a nuestros centros donde os realizaremos de forma gratuita una audiometría para evaluar vuestra capacidad auditiva.
Hasta pronto.
Fuentes: ideal.es, Health Day, Aura, elpais.com, vidaynatura.com, oi2Etiquetas: audífonos, Consejos, salud auditiva
¿Cuidamos de nuestros oídos? Audioptica te ayuda.
Hoy vamos a hablaros sobre la audición. Seguramente es un tema al que no le damos la atención que se merece. La tecnología, las discotecas, etc. están influyendo de manera decisiva en nuestros oídos y no nos damos cuenta.
Para hacernos una idea de donde estamos, es muy ilustrativo el dato siguiente: la pérdida de audición es el tercer problema de salud más común en los Estados Unidos. Cuatro de cada cinco personas tienen problemas auditivos, o conocen a alguien que padece esta afección, según publica kfdm.com.
36 millones de norteamericanos padecen algún tipo de pérdida de audición, pero tan solo la cuarta parte de ellos reconoce su problema y busca tratamiento. Esta cantidad de afectados es muy superior a la de las personas que sufren enfermedades cardiovasculares, cáncer, esclerosis múltiple, ceguera, enfermedades renales,… Asimismo, cerca de uno de cada cinco adolescentes norteamericanos tiene algún grado de pérdida de audición, índice que ha aumentado considerablemente durante las últimas dos décadas.
Y diréis ¿qué tiene que ver esto con España? Pues es muy sencillo, todo lo que pasa en Estados Unidos termina llegando a nuestro país, más tarde o más temprano.
Con el aumento de la edad, nuestra capacidad auditiva se va perdiendo de forma gradual y apenas perceptible. Vamos dejando de oír sonidos como el gotear del grifo, el runrún del frigorífico o el sonido de los pájaros. Se tiene que subir el volumen de la televisión, se escuchan peor las voces de las personas y los eventos sociales se convierten en situaciones cada vez más incómodas al no poder seguir las conversaciones, ni diferenciar los sonidos.
En general, las personas con pérdida de audición experimentan cada vez más dificultades para distinguir unos sonidos de otros cuando hay muchas personas. Es decir, se deteriora la capacidad de prestar atención al sonido relevante del ruido de fondo. A menudo la pérdida de audición pasa desapercibida, y sin saberlo, esta discapacidad puede tener un impacto negativo en la vida cotidiana del afectado, en las relaciones familiares, con los amigos y compañeros de trabajo. Varios estudios científicos demuestran que la pérdida de audición influye significativamente en la calidad de vida y en el bienestar de la persona.
Tratamiento de la pérdida de audición
Hoy en día, no existe una cura para la pérdida de audición. En la mayoría de los casos, la pérdida de audición se produce por un deterioro o muerte de las células ciliadas que se encuentran en el oído interno, en la parte denominada cóclea o caracol. De momento, estas células no han conseguido ser regeneradas.
La solución más habitual para la pérdida de audición son los audífonos. Estas prótesis auditivas amplifican los sonidos aprovechando la capacidad de audición que aún queda. Hoy en día hay una gama inmensa de audífonos, desde los más sencillos y económicos hasta los digitales. En Audioptica contamos con profesionales que tratarán este problema adecuadamente y ajustarán el aparato de forma especializada para adaptarlos a la pérdida auditiva, sacando el máximo provecho al dispositivo.
Implantes
Otra solución son los implantes, tratamiento adecuado para algunos tipos de pérdida de audición. Hay de varios tipos, los implantes de conducción ósea, los implantes de oído medio o los implantes de oído interno. Principalmente, se recurre al tratamiento con implantes en pacientes con pérdidas de audición congénita, o pérdidas profundas o severas. Ya que este tipo de tratamiento es más costoso, requiere de cirugía y no suele emplearse para tratar una pérdida de audición común.
Prevención y salud auditiva
Es muy importante que los padres nos demos cuenta de la importancia que tiene cuidar la Salud Auditiva de nuestros hijos. Hay que intentar que no usen excesivamente los auriculares y menos a los volúmenes que suelen estar. Esto evitará la disminución de la capacidad auditiva, que generalmente se hace evidente en la edad adulta. Quien no ha ido en el transporte público y ha visto a cientos de adolescentes y jóvenes escuchando música a través de los auriculares de su equipo reproductor. Esto que parece inofensivo, en realidad puede ser peligroso en la medida que no se mantenga un volumen adecuado o que la escucha se prolongue por mucho tiempo.
La intensidad del sonido se mide en decibelios (DB). Lo aconsejable es que el sonido no supere los 50 ó 55 DB, pero en el mercado se pueden encontrar reproductores portátiles de música que pueden llegar a alcanzar los 135 DB. Un ejemplo muy claro: escuchar música con auriculares a más de 100 decibelios sería como escuchar el sonido de las turbinas de un avión. Esta práctica es muy perjudicial para un órgano tan sensible como el oído, porque puede generar un trauma acústico y pérdida auditiva. Podemos saber fácilmente cómo debe ser el volumen de estos auriculares: si se oyen desde el exterior es que están por encima de lo aconsejable.
Otro ejemplo muy claro del daño que podemos ocasionar a nuestros oídos son las discotecas, conciertos, etc. ¿Quién no ha llegado a casa después de un concierto o de una noche de fiesta con los típicos pitidos de oído? Esto es una alerta que nos da nuestro cuerpo para decirnos que nos hemos pasado.
Una persona con sordera puede sentirse insegura al salir fuera de su entorno habitual. Es consciente de que, por ejemplo, al cruzar una calle puede no escuchar una bocina o le puede incomodar participar en una conversación en la que tiene problemas para escuchar y entender lo que se habla.
Los alimentos de color rojo y anaranjado son unos grandes aliados a la hora de cuidar nuestra salud visual. Zanahoria, calabaza, tomate, pimiento rojo,…, son alimentos que contienen Betacarotenos (es un pigmento vegetal responsable de su tonalidad y que actúa como Provitamina A). Nuestro organismo lo transforma en Vitamina A o Retinol.
Su carencia puede provocar disminución de la agudeza visual, especialmente durante la noche, sequedad en el ojo o inflamación de los párpados.
Dichos alimentos también tienen la capacidad de proteger nuestra visión de la radiación solar, gracias a la Luteína, antioxidante que también poseen las espinacas.
Las demás verduras, los lácteos y los cereales integrales también nos ayudarán gracias a la Vitamina B2 que contienen, así como la carne, el pescado, la yema de huevo, las legumbres y los frutos secos por su alto contenido en cinc, y el aceite de oliva o de semillas por la Vitamina E.
Conclusión
La mejor prevención posible para este problema es cuidar los volúmenes de los sonidos que escuchamos y, por supuesto, realizar revisiones para detectar la pérdida cuanto antes y ponerle solución. Y en esto, Audioptica tiene las instalaciones y los profesionales perfectos para ayudaros.
Muchas gracias por la atención, y ¡a cuidarnos!